Dom
dom: la persona
detrás del nombre
Dominic Mark Phillips nació en la ciudad de Bebington, en el Condado de Merseyside, Inglaterra, en 1964. Nacido en el seno de una familia de clase media, inició sus estudios de inglés en Liverpool, pero no completó su carrera por un objetivo mayor: para conocer a la gente y el mundo. Antes de Brasil, Dom vivió en Dinamarca, Israel, Grecia y Australia.
Dom era una persona ética, cariñosa y amable. Tenía una profunda conexión con la naturaleza.
Hay mucho más que páginas y párrafos. Sus amigos lo conocen como un tipo sonriente que se levanta antes del amanecer para practicar surf de remo. Lo conocemos como alguien que espera ansiosamente los trámites para poder adoptar un niño con su esposa. Dom es el amigo que envía mensajes por WhatsApp en nuestros cumpleaños y es el voluntario que daba clases de inglés en las favelas. Una de las primeras cosas que hizo en Salvador fue involucrarse en Jóvenes Innovadores, un programa de salud colectiva de la UFBA. Allí estuvo rodeado de jóvenes, adolescentes a quienes describió con cariño como igualmente ruidosos, distraídos y llenos de curiosidad por el mundo.
— Extracto extraído de una carta escrita por 40 corresponsales internacionales y amigos de Dom Phillips durante las búsquedas en junio de 2022.
Música:
la primera pasion
Al igual que sus padres y hermanos, a Dom siempre le ha gustado la música. Cuando era adolescente, tenía una banda con sus amigos y tocaba en las calles como artista aficionado. Su carrera comenzó precisamente con esta pasión, produciendo los fanzines musicales “The Subterranean” y “New City Press” y desde muy joven participó en un programa de radio semanal como DJ.
Interesado por la vibrante escena musical inglesa de los años 90, Dom comenzó a trabajar en la revista MixMag, que se convirtió en un referente en la cultura de la música electrónica. Después de un tiempo, decidió escribir un libro sobre los DJ y la historia de este movimiento, llamado “Superstar DJs, Here We Go: The Rise and Fall of the Superstar DJs”. Y fue mientras escribía este libro que llegó a São Paulo en 2007 para pasar un año. Pero Dom se siente tan como en casa que nunca regresa a Inglaterra.
Después de 4 años se mudó a Río de Janeiro y allí se casó con Alessandra Sampaio. Comenzó cubriendo cultura, política, economía, salud pública, cuestiones socioambientales y los preparativos del país para la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Fue corresponsal independiente para importantes medios mundiales como Washington Post, Reuters, Bloomberg, The. Financial Times, The New York Times, The Intercept y The Guardian.
Amazonas:
Viaje de descubrimiento
Su primer artículo publicado sobre la Amazonía fue en 2015 en The Washington Post, cuando visitó una gran mina en Pará e identificó los impactos ambientales, sociales y económicos del proyecto. A partir de entonces su curiosidad e interés por el bioma amazónico aumentaron y su red de contactos en la selva se amplió.
En 2018, Dom conoció a Bruno en una expedición al Vale do Javari, hogar de una de las mayores concentraciones de pueblos indígenas aislados del mundo. En el informe que surge de este viaje, Dom deja clara su pasión por el bosque, como cuando describe a niños indígenas que habían golpeado “una colmena para ahuyentar a las abejas” y luego compartieron “su panal rojo óxido, chorreando dulce, Miel salvaje." . Para él, el encantamiento era la clave para reconectarse con la naturaleza, inspirando una relación de cuidado y respeto con ella.
Durante sus numerosos viajes al Amazonas, Dom se dio cuenta de que la gente del bosque y los profesionales que trabajaban para mantenerlo protegido deberían difundir sus importantes conocimientos al mundo. Con esto en mente, en 2020 comenzó a escribir el libro “Cómo salvar la Amazonía: Pregúntale a la gente que sabe” (en traducción libre, “Cómo salvar la Amazonía: pregunta a quién sabe”), que fue el motivo que le llevó a Lo llevó a Vale do Javari en junio de 2022 para entrevistar a los indígenas sobre sus medidas de protección contra los invasores y también a las comunidades ribereñas y pesqueras. Dom y Bruno estaban trabajando cuando fueron asesinados, eran profesionales decididos y entendieron que, aunque trabajaban en áreas diferentes, era muy importante unir fuerzas para el objetivo mayor de proteger el bosque y a todos los que viven en él.
Francisco Piyãko, líder de la comunidad Asháninka, en Acre –uno de los últimos lugares de visita de Dom Phillips– en entrevista con la BBC.
Su legado:
un espíritu encantado
Creencias de distintas etnias indígenas predicen que cuando alguien con una relación tan estrecha con el bosque muere, su espíritu se convierte en uno encantado: un protector sagrado de los bosques, que carga contra los seres humanos cuando maltratan la naturaleza. Dom estaba encantado.
En tierra, su legado se extiende desde la visibilidad internacional de la violencia en el Amazonas hasta la finalización de su libro por amigos periodistas. Como Instituto honramos su compromiso de llevar el conocimiento del interior del bosque al exterior, para que todos puedan quedar encantados, tal como lo fue él, en vida.